29 septiembre 2009

James Bond

El encanto es una forma de obtener un sí por respuesta sin haber realizado una pregunta clara
Albert Camus

Ni siquiera sé por dónde empezar con este hombre. Me cuenta que se dedica a salvar el mundo, que liga con mujeres impresionantes, que conduce coches caros y lleva coches de lujo. ¿Quién va a creer que hace todo eso? ¡Si es inglés!

Su problema de personalidad está clarisimo. Para empezar, su identidad es inventada. ¿Por qué si no dice siempre primero su apellido y luego su nombre y apellido? Pues porque de primeras no le sale el nombre de pila, no se acuerda. Es como cuando uno responde a la pregunta "¿dónde has estado?" diciendo: "con mi café. Er... tomándome un primo". Y similares.

Por otra parte, es normal que tenga problemas de personalidad si es cierto que liga tanto. Porque con la sarta de incoherencias que dice, está claro que las mujeres no se le acercan por su conversación, precisamente. Nunca he oído de nadie que dijera: "oh, me encantaría tener una cita con el señor Bond para que despliegue todos sus conocimientos sobre incursiones clandestinas". Bueno, esto puede dar lugar a malentendidos. Me refiero a que ninguna chica dice: "estoy deseando que James me invite a cenar para que me cuente todo eso de las acciones en la retaguardia ene...". No, tampoco. En cualquier caso, me produce lástima ver cómo le utilizan a modo de objeto sexual. Una pena, sí. Ay, que lastimica. Pobre. Ejem.

Para intentar enderezarle (con perdón), le he propuesto que lleve a cabo una serie de ejercicios:

  • No permitir que le llamen cero-cero-siete. Algunas cifras no son buenas para la autoestima.
  • Pensar globalmente, actuar localmente. Si hay que salvar al mundo de la destrucción, podría empezar por no destrozar los sitios por donde pasa.
  • Ampliar miras con el vestuario. No se puede ir a comprar el pan con la misma ropa que te pondrías para recoger un oscar.
  • Acudir a una reunión de alcohólicos anónimos. Hay bebida más allá de los cócteles. Me pregunto si sabe lo que es el agua.
  • Quedar con alguna mujer fuera de la cama. Si no le gusta estar con chicas, a lo mejor debería replantearse su estrategia para encontrar compañía más allá del corto plazo.

Tampoco sé para qué me gasto en hacerle estas recomendaciones. Nunca me dice si las ha puesto en práctica.

22 septiembre 2009

El pato Donald

asdfasdf ghadsklf adsf asdhf as!!!!!
stevie00wonder

Si hay algo que me asusta más que un pato sin pantalones es un pato sin pantalones pero con camisa. Aún así, creo que me asustaría más un pato con pantalones, porque son más infrecuentes.

Después del paciente de la semana pasada, era de esperar que alguien intentara comprarme. Pasa siempre: en cuanto empiezo temporada, alguien me ofrece dinero para que no siga. Así que no me sorprendí cuando este individuo llamó a mi puerta hablando de que tiene un tío con mucho dinero. Aunque cuando me dijo que no estaba muy claro de dónde lo sacaba, pensé que en realidad venía a verme por el inocente comentario sobre la SGAE.

El problema de este caballero, más allá de los nódulos del tamaño de melones que debe tener en la garganta, es una especide de síndrome de Peter Pan raro. Sobre todo porque cuando se menciona ese nombre, murmura algo sobre unas hormonas y que no es mejor que fumar tabaco. Desconozco a qué se refiere.

Su indumentaria (al menos la que lleva puesta habitualmente) me induce a pensar que está bloqueado de alguna forma en el día de su primera comunión. Es necesario que se dé cuenta de que su vida ha avanzado, por lo que le he propuesto una serie de ejercicios:

  • Buscarse un trabajo. Vivir a costa de su tío no es bueno para asumir responsabilidades. Ya de paso, dejar de llamar "tío" a ese señor mayor y con dinero que le mantiene pero no le da para unos pantalones. Por lo que sea.
  • Hablando del tema: debe conseguir unos pantalones. Y ponérselos. Sé que es obvio, pero quizá si se abrigara más evitaría esos problemas de garganta que tiene todo el rato.
  • Aclarar su relación también con sus "sobrinos". Por una parte no se le conocen hermanos ni hermanas y por otra, a las primeras de cambio los manda a casa del señor mayor con dinero. Cuando esto lo hace alguien que dice ser marinero, todo parece muy turbio.
  • Llamar al exterminador. Los ratones no son nuestros amigos.
  • Buscar alternativas de ocio. Hay más sitios divertidos aparte de Disneylandia.

15 septiembre 2009

Volumen II, season premiere: Spider-Man

No veo ninguna necesidad de retirarme mientras me siga divirtiendo
Stan Lee

Lo normal a la vuelta de vacaciones es adecentar tu consulta antes de que llegue el primer paciente: barrer, quitar el polvo, las telarañas... En mi caso he decidido hacer todo esto después de mi primer paciente. Total...

Uno de los problemas a los que me enfrento con él es el reciente miedo irracional que le ha entrado por los ratones. Al principio pensé que era algo totémico por la relación entre arácnidos y roedores, pero en la sesión de hipnosis se enfrentaba al ratón llamándole por su nombre de pila (parece ser que era un tal Michael o algo parecido) y parecían discutir por dinero o una compra-venta o similar.

Sin embargo, lo más preocupante es cómo se empeña en negar sus problemas. Cada vez que le pasa algo, se convence de que no ha sido a él, sino a un clon. Es un mecanismo de defensa básico y no muy lesivo, a menos que también intentes usarlo frente a un inspector de Hacienda.

Como a todos, le he propuesto una serie de ejercicios que mejoren diversos aspectos de su vida. Si los hace, le he prometido limpiar encima de los armarios, que parece ser que le da cosa:

  • Relativizar cualquier noticia. Hasta ahora es oír hablar de un simple atraco y empezar a subirse por las paredes.
  • El hábito no hace al monje. Cambiar de ropa no debe cambiar su actitud hacia la vida. Y hablando de ropa, convencerse de que no todo lo que ve por la calle es producto de la clonación. Más bien es cosa de que Zara vende barato.
  • Llamar a su profesión por su nombre. Eso de hacer fotos a gente en pijama o semidesnuda desde lugares imposibles tiene un nombre y no hay que avergonzarse de trabajar para la prensa del corazón.
  • Cambiar ese lema vital suyo de "todo gran poder conlleva una gran responsabilidad". O eso o dejar de leer información política.
  • Dejar el juego de los "parecidos razonables". Especialmente la parte en la que asalta a cualquier chica rubia por la calle al grito de "¡Gwen! ¡Has vuelto!".

También me preocupa esto que le ha dado ahora de imitar mi voz. A ver si ahora va a decir que soy su clon para negarse a pagarse a sí mismo.

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