A ver cómo os lo explico... esta semana acudí a la consulta como todas las semanas (es decir: en autobús). Pero ha pasado algo extraño.
Primero, en la entrada no estaba mi enfermera y alguien había cambiado el mobiliario. A continuación, la señora esa intentó impedir que entrara en mi despacho, cosa que empezó a enojarme.
Cuando por fin logré acceder a mi sancta sanctorum, me encuentro a un tipo, que por lo que sea no soy yo, atendiendo a mis pacientes. Y no sólo eso, sino que además ha sustituido también a mis pacientes por otros, lo cual ya me lleva al enfado más absoluto. Con lo que me ha costado encontrar pacientes, para que ahora me los cambien.
Como de todas formas ambos somos profesionales de lo nuestro, intercambiamos los saludos tradicionales. Cuando por fin vino la policía a separarnos, me detuve a reflexionar. Concretamente, me detuvieron los agentes y yo no pude sino ponerme a reflexionar. Me vinieron a la mente varias posibles explicaciones a lo ocurrido:
- Alguien ha movido mi consulta girando la rueda de madera que hay en el congelador del sótano. La que pone "no tocar" y está en el edificio desde antes de que lo construyeran. Yo tampoco lo entiendo.
- He caído en una realidad alternativa. Esto no lo creo, porque no veo a nadie con rastas, ni fumando porros. Como mucho, habré caído en una realidad paralela, pues.
- Me he equivocado de consulta... ejem... otra vez.
Sea cual sea la verdadera, es lo que explica por qué el capítulo de esta semana va con un poco de retraso.
Nada que ver con que sea incapaz de que el ordenador reconozca la videocámara. Para nada.
Er... permanezcan atentos, que es cuestión de horas.
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