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12 noviembre 2009

George Lucas

Bienaventurado el que tiene talento y dinero, porque empleará bien este último
Menandro

Los habituales de esta consulta se habrán percatado de que esta semana hemos salido con un par de días de retraso. Ha sido debido a las obras de remodelación necesarias para acoger al paciente de esta semana. No me entiendan mal, él no es muy grande, pero hubo que tirar un par de tabiques para que entrara también su ego. Ya que estamos, a partir de ahora saldremos los jueves, que para muchos es el nuevo viernes, pero para nosotros será el nuevo martes. Que martes y viernes coincidan en el mismo día no puede ser algo malo, salvo que estés en la isla de Perdidos.

El problema del señor Lucas, dicho sea como cineasta, no como pato, es que en algún momento decidió asumir como lema vital la máxima de Homero: "todo el mundo es idiota menos yo". Perdón, me sobró una "o" en el nombre.

Este tremebundo complejo de superioridad le ha llevado a fundar lo que para muchos es una religión: la Fuerza. Pero él se muestra por encima de cualquier religión. Hasta que se dé cuenta de la de muñequitos y merchandising que mueven los católicos. Hay quien dice que el movimiento ha sido a la inversa y que es el Vaticano el que ha tomado nota de las tácticas de Lucas. Eso explicaría por qué han puesto al emperador Palpatine de consejero delegado.

Con todo lo dicho, decidí ponerle una serie de ejercicios con el fin de que mejorara. "¿Mejorar?", me respondió. "Si quisiera mejorar, dirigiría mi terapia yo mismo". El pobre. Así con todo, los ejercicios propuestos son los siguientes:

  • Antes de sentarse a escribir nada, acudir a una tienda Disney. Cuando tenga aborrecidos los muñequinos, entonces podrá escribir.
  • Asumir responsabilidades por los actos fallidos. Por ejemplo, no contratando como protagonistas a actores malos para tener a quién echar la culpa.
  • Ver Pocoyó. Una vez acabado el capítulo reflexionar sobre cómo los niños pequeños tienen sus necesidades audiovisuales cubiertas y por qué sus películas pueden ser para personas más mayores.
  • Ver alguna película de animación digital española. Confío en que así se dará cuenta de que no todo lo que se hace por ordenador es bueno.
  • Comprarse un cuello.

12 agosto 2009

Más seguimiento

Los enfermos a quienes se envían a los balnearios no es para curarlos. Es para quitárselos de delante
Santiago Rusiñol


En mi profesión sólo hay dos formas de acabar la relación con un "cliente". Se produce una u otra en función de cuál de los dos se canse antes del otro: o él, o yo. En realidad hay otra vía, pero creo que podemos incluir el impago en alguna de las anteriores.

Como les comenté la semana pasada, me gusta seguir a mis pacientes, incluso cuando hemos hecho un paréntesis en el tratamiento. Hum... esta frase me traerá problemas en el juicio, seguro...

He podido notar grandes avances en la situación del señor Kent. En efecto, sigue teniendo esa personalidad escindida, pero no se trata de nada que le impida convertirse en tertuliano de televisión. El progreso lo he notado en su forma de distinguir una de otra. Ya no se limita a quitarse las gafas:

Estoy especialmente orgulloso de otra paciente. Creo que por fin ha aprendido a llevar mucho mejor las discusiones con su familia, especialmente con su padre.

El que me deja preocupado es otro viejo conocido. Verán, al principio todo parecía ir bien. Incluso noté que desarrollaba cierto sentido del humor en una variante inédita en él. Con eso me refiero a que nadie acababa con un cuchillo clavado en la espalda ni ninguna de esas performances que hacía antes para sus amigos. Desarrolló una buena amistad con ese tipo, aunque acabó degenerando en dependencia.

Hasta ahí podríamos decir que todo bien. Muy bien, incluso, ya que pudo hasta dejar su obsesión por la carne de jabalí y volverse un prometedor iniciado en la cocina. El problema es que no tuve en cuenta lo obsesivo que es este hombre cuando le recomendé que intentara hacer amigos a través de Internet. Bueno, eso y...

... y que tampoco tuve en cuenta lo que le gustan los niños.

05 agosto 2009

Seguimiento

El arte de la medicina consiste en distraer al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad
Voltaire


Hay quien cree que la labor del terapeuta consiste sólo en escuchar las locuras que se les pasan a otros por la cabeza. Como si nuestro trabajo tuviera la misma dificultad que escuchar la COPE. ¡Pues no señores! Es mucho más sencillo.

Eso sí: hay que hacer seguimiento de los pacientes incluso cuando no vienen a la consulta. Por ejemplo, esta semana he estado visitando a algunos de los habituales a los que ya conocen.

A éste le había recomendado unas vacaciones de sol y playa, pero parece ser que tiene cierto complejo con su cuerpo. Me refiero a las fuerzas de seguridad en las que trabaja. Porque todos tienen la misma constitución física. Er... me estoy liando. El caso es que ha intentado ponerse en forma:


Hablando de cuidarse, creo que estoy fracasando con otro de mis pacientes, visto lo visto:


También esta semana he intentado ver a este otro caballero, pero me ha sido imposible. Parece ser que ya hace más por llamar la atención en lugares públicos y eso está muy bien. Ahora tendré que ver cómo trato sus nuevas costumbres.


Creo que bastará con hacerle coger la línea 6 de Madrid en hora punta.

07 julio 2009

Princesa Leia

Hermanos y hermanas están tan unidos como manos y pies
Proverbio vietnamita

Los pacientes llegan a mi consulta de la manera más insospechada. Y no lo digo por ese tipo que siempre entra por la ventana y me deja las paredes perdidas. Esta mujer me fue trasnferida desde el hospital, dónde fue internada por severas quemaduras en el entorno del pecho y las caderas. Estéticamente pueden pensar lo que quieran, pero les aseguro que no es buena idea tomar el sol con ropa de verano metálica.

No sé si lo de usar material conductor para confeccionarse la ropa tiene algo que ver con un posible complejo de Electra. Al principio el amor hacia la figura paterna me pareció evidente. Hasta que descubrí que ambos hermanos conspiraban para matar al padre. Sospecho que al final uno de ellos le quitó los aparatos que usaba para respirar.

Si su familia biológica parece disfuncional, lo de la adoptiva debió ser de órdago. Lo único que he podido sacarle hasta la fecha es que su hogar quedó destruido tras la intervención de su verdadero padre. Menos mal que he logrado idear una serie de ejercicios que pueden ayudarla a avanzar:

  • Dejar de referirse a sí misma como "princesa". Por mucho que su padre adoptivo insistiera en llamarla así. Entre otras cosas, hace daño a su carrera política en la república.
  • Replantearse su opción política con, precisamente. Es cuestión de paciencia: su padre era alguien importante en el antiguo régimen, su pareja es un contrabandista, su hermano está bien relacionado con la jerarquía eclesiástica... A Rajoy no le queda tanto.
  • Da igual lo claro que lo tengan: no acabo de ver el aspecto positivo de besar a su hermano en la boca.
  • Mejorar las relaciones con los amigos de su pareja. Le caigan como le caigan, tratarlos como felpudos con patas difícilmente será una buena idea.
  • Valerse del ingenio. Demostrará a su hermano que no tiene razón cuando intenta resolverlo todo mediante el uso de la fuerza.

Como parte de la terapia también le he pedido que use un nombre más normal como María López Casal. Si insiste en el Leia Organa-Solo no es de extrañar que le pregunten si toca música en catedrales.

05 mayo 2009

El soldado imperial

¿Que sea yo misma? He sido yo misma durante ocho años y no ha funcionado.
Lisa Simpson

Tratar soldados imperiales o de la Antigua República es como hablar de políticos: es muy difícil distinguir unos de otros, pero en el fondo te da lo mismo.

Como parte del tratamiento le he propuesto al paciente los siguientes ejercicios:

  • Usar el casco sólo cuando realice actividades peligrosas como asaltar una nave o hablar con ancianos vestidos con bata.
  • Cogerse unas vacaciones de sol y arena. Preferiblemente en un planeta con un sólo sol y con playas en las que además de arena, haya mar.
  • Relacionarse con personas ajenas a su trabajo.
  • No matar a las personas ajenas a su trabajo con las que se relacione.
  • No dejarse matar por las personas ajenas a su trabajo con las que se relacione.

Oh, vaya. Olvidé decirle que no debe dejarse matar por las personas de su trabajo con las que se relacione. Espero que no tenga reunión con su jefe esta semana.


A sus problemas comunes de personalidad, el paciente de esta semana, Vilatrooper, añade que cree ser un tal Josep Vilarrasa y pertenecer a algo llamado Legión 501st Spanish Garrison. Tampoco hace daño a nadie así.

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