18 agosto 2009

Aún más seguimiento

[Del médico] El sol ilumina sus triunfos y la tierra cubre sus faltas
Nicocles


A los terapeutas nos pasa como a los profesionales de cualquier rama de la medicina: el verano nos puede llevar a perder pacientes. La única diferencia es que en el caso de otras especialidades, genera empleo en otros sectores: cavadores, marmolistas, jardineros... En mi profesión, un mes sin terapia puede llevar a la reflexión y a la decisión de aumentar el ahorro familiar abandonando gastos inútiles.

Para evitar desagradables sorpresas, continúo siguiéndoles la pista a mis pacientes. De esta forma, he conseguido intervenir a tiempo con muchos de ellos. Un telediario de Piqueras en la tele de un bar sintonizado a tiempo puede salvar a nuestra clientela de delirios optimistas. Esto lo aprendí de las empresas de seguridad privada, que saben cómo hacerse de querer.

Estos seguimientos míos me han permitido observar notables cambios. Por ejemplo, el señor Blaine, que en presencia de una señora pasa de ser un tipo gris a convertirse en alguien muy verde:

Este verano también lo estoy aprovechando para librarme de ciertas maledicencias sobre mi persona que han rondado por ahí. Soy el primero en no haber visto a una de mis pacientes desde hace varias semanas, pero no he tenido nada que ver con su desaparición. Por el contrario, he investigado sobre ella y me he encontrado con un perturbado mental, claramente obsesionado con ella. Un psicópata de los de toda la vida, vamos.

Porque no me dirán ustedes que una persona con esta habitación no pertenece a alguien con un evidente problema mental.

12 agosto 2009

Más seguimiento

Los enfermos a quienes se envían a los balnearios no es para curarlos. Es para quitárselos de delante
Santiago Rusiñol


En mi profesión sólo hay dos formas de acabar la relación con un "cliente". Se produce una u otra en función de cuál de los dos se canse antes del otro: o él, o yo. En realidad hay otra vía, pero creo que podemos incluir el impago en alguna de las anteriores.

Como les comenté la semana pasada, me gusta seguir a mis pacientes, incluso cuando hemos hecho un paréntesis en el tratamiento. Hum... esta frase me traerá problemas en el juicio, seguro...

He podido notar grandes avances en la situación del señor Kent. En efecto, sigue teniendo esa personalidad escindida, pero no se trata de nada que le impida convertirse en tertuliano de televisión. El progreso lo he notado en su forma de distinguir una de otra. Ya no se limita a quitarse las gafas:

Estoy especialmente orgulloso de otra paciente. Creo que por fin ha aprendido a llevar mucho mejor las discusiones con su familia, especialmente con su padre.

El que me deja preocupado es otro viejo conocido. Verán, al principio todo parecía ir bien. Incluso noté que desarrollaba cierto sentido del humor en una variante inédita en él. Con eso me refiero a que nadie acababa con un cuchillo clavado en la espalda ni ninguna de esas performances que hacía antes para sus amigos. Desarrolló una buena amistad con ese tipo, aunque acabó degenerando en dependencia.

Hasta ahí podríamos decir que todo bien. Muy bien, incluso, ya que pudo hasta dejar su obsesión por la carne de jabalí y volverse un prometedor iniciado en la cocina. El problema es que no tuve en cuenta lo obsesivo que es este hombre cuando le recomendé que intentara hacer amigos a través de Internet. Bueno, eso y...

... y que tampoco tuve en cuenta lo que le gustan los niños.

05 agosto 2009

Seguimiento

El arte de la medicina consiste en distraer al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad
Voltaire


Hay quien cree que la labor del terapeuta consiste sólo en escuchar las locuras que se les pasan a otros por la cabeza. Como si nuestro trabajo tuviera la misma dificultad que escuchar la COPE. ¡Pues no señores! Es mucho más sencillo.

Eso sí: hay que hacer seguimiento de los pacientes incluso cuando no vienen a la consulta. Por ejemplo, esta semana he estado visitando a algunos de los habituales a los que ya conocen.

A éste le había recomendado unas vacaciones de sol y playa, pero parece ser que tiene cierto complejo con su cuerpo. Me refiero a las fuerzas de seguridad en las que trabaja. Porque todos tienen la misma constitución física. Er... me estoy liando. El caso es que ha intentado ponerse en forma:


Hablando de cuidarse, creo que estoy fracasando con otro de mis pacientes, visto lo visto:


También esta semana he intentado ver a este otro caballero, pero me ha sido imposible. Parece ser que ya hace más por llamar la atención en lugares públicos y eso está muy bien. Ahora tendré que ver cómo trato sus nuevas costumbres.


Creo que bastará con hacerle coger la línea 6 de Madrid en hora punta.

31 julio 2009

¿Vacaciones?

Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas
Elbert Hubbard



Cuando alguien se va de vacaciones, lo más importante es desconectar. Me costó mucho hacer prescindir del sentido literal de esta afirmación a C3PO, por cierto.

Es fundamental olvidarte del trabajo o de las cosas cotidianas a menos, si eres Paquirrín. Hay que dejar atrás cualquier fuente de estrés y cualquier cosa que nos la pueda recordar.

A veces no es posible. En ese caso, normalmente hablamos de una patología (es importante no olvidar la tilde en esta palabra para no confundir una enfermedad con una sociedad secreta de aves pamípedas).

Una patología o que un millonario aficionado a ponerse un traje de lata...

... un cazarrecompensas extraterrestre (o alguno de sus millones de clones)...

... y un robot alcohólico del futuro...

... se han puesto de acuerdo para hacerte luz de gas.

Si el paciente piensa eso, es que el estrés no es su único problema.

21 julio 2009

Hello Kitty

Más vale permanecer callado y parecer idiota que abrir la boca y confirmarlo
Sabio anónimo

Creo que necesito unas vacaciones...

14 julio 2009

Rick Blaine

Actuar es como el sexo: o lo haces y no hablas sobre ello o hablas sobre ello y no lo haces. Por eso sospecho de los que hablan mucho sobre ambos
Humphrey Bogart

Lo que más me gusta de tener tantos pacientes es el colorido que aporta a la consulta. Aunque no siempre es así, como demostró aquella temporada en la que cada vez que venía Pablo, todo se volvía azul.

Siempre pensé que este paciente venía a que le ayudara a dejar de fumar. Resulté casi tan inocente como aquella vez que comenté "¿cómo va a estar muerto desde el principio?" en la puerta de aquel cine de estreno.

En realidad, sigo sin tener claro a qué viene este señor. Si le menciono su falta de relaciones sociales parece más preocupado por la gente que no le conoce que viceversa. No me lo ha confirmado, pero sospecho que se dedica a la política.

Le he propuesto una serie de ejercicios para intentar avanzar en su integración:

  • Comprarse un iPod. Cierto que no todos los modelos son económicos, pero siempre será una forma más barata de escuchar su canción favorita sin llevarse de un sitio a otro a un señor con un piano para.
  • Dejar de fumar.
  • Dejar de golpear a la gente que le sugiera que deje de fumar.
  • Renovar su vestuario. ¿Gabardina en un desierto? Y esa cara tan blanca, ¿cuánto hace que este señor no toma el sol?
  • Dejar de beber tanto whisky.
  • Dejar de golpear a la gente que le sugiera que deje de beber tanto whisky.

Lástima que no vaya a hacer ninguno.


Un curioso síntoma que presenta y que aún no he comentado es una personalidad varias veces escindida: por un lado es Rick Blaine, por otro Pablo Cabrera y por último insiste en hablar como José Guardiola. Parece que el único punto que tienen en común es su idea de que no hay por qué pagar mis sesiones.

PS Si cree usted que mi consulta está realizando una labor ciudadana que debe preservarse, no olvide votar en los premios 20 Blogs. También pueden votar por alimentar mi propio ego o por cualquier retorcido motivo alternativo.

07 julio 2009

Princesa Leia

Hermanos y hermanas están tan unidos como manos y pies
Proverbio vietnamita

Los pacientes llegan a mi consulta de la manera más insospechada. Y no lo digo por ese tipo que siempre entra por la ventana y me deja las paredes perdidas. Esta mujer me fue trasnferida desde el hospital, dónde fue internada por severas quemaduras en el entorno del pecho y las caderas. Estéticamente pueden pensar lo que quieran, pero les aseguro que no es buena idea tomar el sol con ropa de verano metálica.

No sé si lo de usar material conductor para confeccionarse la ropa tiene algo que ver con un posible complejo de Electra. Al principio el amor hacia la figura paterna me pareció evidente. Hasta que descubrí que ambos hermanos conspiraban para matar al padre. Sospecho que al final uno de ellos le quitó los aparatos que usaba para respirar.

Si su familia biológica parece disfuncional, lo de la adoptiva debió ser de órdago. Lo único que he podido sacarle hasta la fecha es que su hogar quedó destruido tras la intervención de su verdadero padre. Menos mal que he logrado idear una serie de ejercicios que pueden ayudarla a avanzar:

  • Dejar de referirse a sí misma como "princesa". Por mucho que su padre adoptivo insistiera en llamarla así. Entre otras cosas, hace daño a su carrera política en la república.
  • Replantearse su opción política con, precisamente. Es cuestión de paciencia: su padre era alguien importante en el antiguo régimen, su pareja es un contrabandista, su hermano está bien relacionado con la jerarquía eclesiástica... A Rajoy no le queda tanto.
  • Da igual lo claro que lo tengan: no acabo de ver el aspecto positivo de besar a su hermano en la boca.
  • Mejorar las relaciones con los amigos de su pareja. Le caigan como le caigan, tratarlos como felpudos con patas difícilmente será una buena idea.
  • Valerse del ingenio. Demostrará a su hermano que no tiene razón cuando intenta resolverlo todo mediante el uso de la fuerza.

Como parte de la terapia también le he pedido que use un nombre más normal como María López Casal. Si insiste en el Leia Organa-Solo no es de extrañar que le pregunten si toca música en catedrales.

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